jueves, 12 de abril de 2012

DE LO DEMONIACO EN EL SUEÑO CUANDO NOS DESPIERTA LA VIDA

Presiento la conciencia del mundo sobre mi voz rota 
Callejón por donde reptan las dormidas mujeres de mi pesadilla
Confusa entre la multitud, duerme la palabra
Ignorante del consumismo existencial
No se puede comprar el destino
No hay precio para la desesperación 
Soy marca de sangre en el infierno de mi propia morada
Silencio infectado de cicatrices 
En cada herida un hombre de papel 
El sentido fragmentado hacia la nada
Qué me puede ofrecer esta reconstrucción de papeles rotos
Esta arqueología de la nostalgia
Sólo en el sueño permanecen los días 
El tiempo fuera de su estructura circular 
Mi propio tiempo envejecido: 
anciano con barba en el mar de los sargazos 
Aquel que ha esperado por siglos la neblina de mi corazón


Hoy mi errante demonio 
Olvidó mi nombre 
Teme deslizarse hacia otros mares 
Teme invocar la vida 
Caer en témpanos de olvido
Multiplicar el canto quejumbroso de los muertos

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